Muda como sigilosa se mueve a mi alrededor se desprende de mi cuerpo y me dice que soy yo.
Mi sombra viene conmigo sin saber a dónde va no se queja por el tranco ella me sigue nomás.
Muchas veces va delante y me imita al caminar y no me pierde de vista cuando camina detrás.
Hay sombras que palidecen dentro de la oscuridad y otras que tienen luz propia nadie las de ’apagar.
Con lo poco que le ofrezco tal vez me quiera dejar si ella no me cuesta nada y nunca me pide de más.
Sombra que siempre me asombras sombra que no hay otra igual si ella baila chacareras cuando me escucha silbar.
Hay quienes nunca han tenido y no la merecen tener si sus sombras no aparecen por algo debe ser.